domingo, 14 de junio de 2009

Vampiros "de John Carpenter"


"Los vampiros no son nada románticos. No tienen modales ceremoniosos. No hablan con acentos exóticos…No duermen en ataúdes de terciopelo. No son homosexuales..."

El origen del film es una novela de John Steakley "Vampire$" (con el signo del dólar escrito al final), pero fue Don jakoby, guionista muy curtido dentro del género fantástico (El experimento Filadelfia, Aracnofobia), quien firmó un segundo tratamiento del guión. Este último fue el que llamó la atención de John Caprpenter, quien se decidió a realizar el film bajo la condición de no reescribir el guión de Jakoby. Su contribución consistió en profundizar en las motivaciones de los dos personajes centrales del relato: Jack Crow, el cazado de vampiros, y Valek, su sanguinario enemigo y príncipe de los no-muertos.

El argumento de la película gira en torno al enfrentamiento entre Crow (un magnífico James Woods) y Jan Valek (Thomas Ian Griffith), un vampiro de más de 600 años que opera impunemente en un desértico sector de Nuevo México. Al principio, Crow, junto con su mano derecha Tony Montoya (Daniel Baldwin) y su grupo de cazadores de vampiros, diezma un nido de bebedores de sangre. Poco después, Valek se venga aniquilando a casi todo el grupo de Crow. Este último sobrevive por los pelos junto con Montoya y Katrina (Sheryl Lee), una prostituta que ha sido mordida por Valek y que por ello está destinada a convertirse en vampiresa al cabo de dos días. Con la ayuda del padre Adam Guiteay (Tim Guinee), un joven e inexperto sacerdote, Crow utiliza a Katrina (que está psíquicamente conectada con el vampiro que la ha infectado) para asestar el golpe de gracia a Valek y sus siniestros acólitos.
Carpenter, que años atrás barajó la posibilidad de hacer una nueva versión de la famosa novela de Bram Stoker "Drácula" hasta que Francis Ford Coppola se le adelantó, ha volcado en su película todas sus ideas sobre este mito clásico. Aquí los bebedores de sangre no tienen nada de romántico: son asesinos despiadados que disfrutan con sus matanzas y desprecian con altivez a los seres humanos de cuya sangren se alimentan. Pero el grupo salvaje que forman los cazadores de vampiros no se quedan atrás: Crow es un mercenario sin escrúpulos, y sus colegas son un puñado de facinerosos de la más baja calaña que sirven, teóricamente, a la causa del Bien sólo por que se les paga por ello (lo primero que hacen después de una buena matanza de no-muertos es organizar una buena fiesta amenizada por prostitutas baratas y alcohol).
Todo el relato esta contado mediante una estética western; como afirma el propio Carpenter: "en realidad, queríamos hacer un western, una película de vaqueros. Hice todo lo posible para quitarle todos los elementos góticos porque no quería hacer una película de terror convencional. No me interesaba hacer un film al estilo de Roger Corman, por eso ambienté la historia en un Far West..."

En definitiva: Lo mejor del film es el provecho que Carpenter extrae de paisajes y escenarios característicos del western y la buena labor de sus intérpretes, entre los que destacan James Woods y Sheryl Lee. Lo malo tal vez se da en la poca confianza de la gente tiene en esta película pensando que será igual qué “Del crepúsculo al amanecer".Las mejores secuencias son las de las matanzas que abren la película: el asalto de Crow y sus mercenarios a la cabaña infestada de vampiros, y la sangrienta revancha de Valek sobre los desprevenidos cazadores.

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